El Shaman Urbano
La nueva novela de Manuel Lara está causando estragos una vez más en la juventud. Muchos de sus lectores, auspiciados por sus enseñanzas, se han dado a una vida de vicios desenfrenados. Bajo la consigna de “arriba las drogas”, “Carpe diem” y “solo existen fake news” han empezado a secuestrar ancianos al grito de “Extinción humana total”. Las fuerzas del estado tratan de controlar en vano a los vándalos lectores que han jurado que “tras la presentación del libro, prenderemos fuego a la biblioteca, al ayuntamiento y a las barberías… ¿Que por qué? ¡Por que podemos!”. Esta es la mayor masacre causada por un libro desde la Biblia. Las televisiones públicas, comprometidas con la causa, han prometido emitir “telebasura medicinal” para paliar los efectos de la lectura, prometiendo amarillismo en todos sus ámbitos. Por su parte, los maestros prefieren dejar de enseñar a leer en todas las escuelas públicas bajo sus propios argumentos: “Hoy en día los jóvenes no necesitan leer como antaño. Existen multitud de vídeos en donde los youtubers de moda les enseñan todo lo que necesitan saber. Leer solo les provoca daños irremediables a largo plazo, es mejor enseñar el plan Skolae, es mucho más sano y sensato”. Las autoridades buscan al autor por promover la rebelión con el arma más poderosa y peligrosa creada por el ser humano: un libro. La pena para estos casos se debate entre el exilio, la ingesta de cicuta o el escarnio público llevado a cabo por comités feministas. Si logra uno de sus ejemplares, le recomendamos que no lo lea y que le prenda fuego. Paradojicamente, solo las llamas podrán frenar su fuego interior.