La felicidad de correr cuesta arriba
Si quisiéramos resumirla en una imagen, la vida de Mark es como una gran llanura soleada. Un trabajo de corredor de bolsa bien pagado, una hermosa casa en Londres, una tranquila relación de pareja con Susan y una perspectiva vital tranquila, sin sobresaltos. La suya es una vida planificada y perfecta. No recuerda ni un solo paso cuesta arriba, ni siquiera cuando empezó a caminar. Pero, un día, un velo negro lo envuelve todo y su confianza se rompe como el vidrio. También su relación con Susan. Entra en una crisis que no había visto llegar. Mark decide tomarse un respiro. Animado por un amigo, se traslada a Italia, a un pequeño y tranquilo pueblo del Piamonte: ritmo tranquilo, paisajes de ensueño que invitan a mirarse a uno mismo y, sobre todo, caminos con muchas cuestas arriba, subidas que casi quitan el aliento. Mientras Mark intenta encontrar su lugar, un nuevo ciclón entra en su vida en forma de un joven labrador negro, Black. Lleno de energía y con ganas de conocer mundo, arrastra a Mark por los caminos de las empinadas laderas entre viñedos. Poco a poco, Mark vuelve a conectar con la naturaleza y a descubrir que el esfuerzo de correr cuesta arriba le regala una alegría nunca antes sentida.